Cuando vemos una foto de un salón de clases de hace un siglo y la comparamos con las aulas de hoy en día, vemos que no ha cambiado mucho el escenario. Tal vez se modernizó el tablero, pasamos de tiza a marcadores, pero la disposición de las sillas y mesas, la ambientación y la relación del profesor con el alumno, no ha tenido mayores variaciones, en lo que ha influido el método y los recursos de enseñanza que siempre se han utilizado.
Este planteamiento ha sido presentado por Samsung, entidad que asegura apostar a la creación de “ambientes educativos del futuro en el presente”.
Según César Muñoz, gerente de Ciudadanía Corporativa de la empresa en Colombia, actualmente se está educando a una generación que tendrá que enfrentar grandes cambios y retos, para futuros trabajos en los que utilizará herramientas tecnológicas que aún no se han inventado.
Por esta razón, explica, hay que pensar en un aula educativa del futuro desde ahora; métodos que enseñen a los alumnos a ser creativos, factor que será muy valorado por las empresas.
“Entre los cambios que debería tener el aula del futuro está que sea un espacio fuera de las cuatro paredes que normalmente conocemos. En este sentido, la tecnología juega un papel primordial, pues nos permite llevar el conocimiento a lugares que no se imaginaban como la mitad del campo o poblaciones en la mitad de la selva”, resalta Muñoz.
El ejecutivo sostiene que los procesos educativos pueden mejorarse radicalmente con el uso de las tecnologías móviles. Así mismo, pueden, explica, generar nuevos espacios de cambio, oportunidades de aprendizaje, multiplicarse y amplificarse en el ámbito familiar, educativo y comunal.
Propuesta
El aprendizaje a través de la tecnología implica un cambio en el modelo tradicional, por ello Samsung ha considerado importante la creación de “Smart School”, un ambiente de aprendizaje dotado con tecnología, en los cuales se hace investigación en alianza con universidades sobre apropiación de tabletas para mejorar la educación pública, explica Muñoz.
El experto resalta que el objetivo de la iniciativa es documentar el impacto que tiene la inclusión y buena apropiación de dispositivos móviles en el aula de clase y los procesos de enseñanza-aprendizaje, así como generar modelos replicables que beneficien a todos los niños de Colombia.
“Nuestro esfuerzo se centra en diseñar programas contextualizados en la realidad de la educación pública colombiana y en el aporte a esta”, comenta Muñoz.
En general, dice, a través de la tecnología los maestros están en mejores condiciones para atender los diferentes estilos de aprendizaje, involucrar a los estudiantes -tanto dentro como fuera de las aulas- y fomentar una mayor participación y colaboración de los alumnos.
Insiste en que, de acuerdo a los casos conocidos, se han presentado cambios en la dinámica de aprendizaje al incorporar la tecnología.
Señala que los niños, por medio de herramientas, pueden acceder a mundos donde desean habitar: juegos, lugares de curiosidades y objetos llamativos; abrir puertas a lo desconocido; se fascinan con el conocimiento; hacen lugar para el desarrollo de intereses de manera autónoma, y movilizan la creatividad y capacidad de reinventar.
Enseñanza
Dispositivos en el aula
De acuerdo con Muñoz, los dispositivos tecnológicos usados de manera pedagógica en las aulas han cambiado la dinámica del salón tradicional.
La enseñanza frontal, simultánea y homogénea, es incompatible con esa nueva estructura, exige a los profesores el desarrollo de una metodología mucho más flexible y hace más necesaria la atención individualizada de los alumnos.
Según Samsung, en un comunicado de prensa, en el país se cuenta con salas “Smart School” en cuatro aulas de tres colegios que atienden a unos 2,566 estudiantes que aprenden a través de la tecnología, bajo la tutela de 86 maestros.
Publicación original: Listín Diario