“Hola mamá”. Con esas palabras ha roto un silencio de 16 años James Walker. El síndrome Lennox-Gastaut, una variante de la epilepsia infantil, dejó a este chico inglés amante del rugby y de la música pop postrado en una silla de ruedas.
Debido a la parálisis, nunca pudo hablar.
Hasta ahora. Porque ahora usa sus ojos como cursor para hacer seleccionar palabras en la pantalla de su computadora —una Tobii Eye Gaze—, y construir así frases.
Publicación original: El Día